El cambio climático es uno de los mayores desafíos de la humanidad. Sus impactos —aumento de temperaturas, fenómenos meteorológicos extremos, subida del nivel del mar y pérdida de biodiversidad— afectan ya a millones de personas y amenazan la estabilidad global.
Aunque la ciencia ha sido clara durante décadas, la acción política ha sido lenta y desigual. Los países más desarrollados, responsables históricos de la mayor parte de emisiones, tienen una deuda ambiental con las naciones más vulnerables, que son las más afectadas por los efectos del calentamiento global.
Los acuerdos internacionales como el Acuerdo de París representan avances importantes, pero requieren compromisos más ambiciosos y mecanismos de seguimiento más estrictos. La transición energética, la protección de ecosistemas, la justicia climática y la adaptación local son pilares fundamentales.
Además, es urgente repensar el modelo económico global. El crecimiento sin límites basado en el consumo de combustibles fósiles y la explotación de recursos naturales ya no es viable. Una economía circular, verde e inclusiva es el camino hacia un futuro sostenible.
La sociedad civil, en especial los jóvenes, ha tomado la delantera en exigir cambios. Movimientos como Fridays for Future han puesto el clima en el centro del debate político internacional.
El tiempo para actuar es ahora. El cambio climático no espera, y nuestras decisiones hoy determinarán el planeta que heredarán las próximas generaciones.
