
La política fiscal es uno de los instrumentos más poderosos de redistribución de la riqueza. Un sistema tributario justo, progresivo y eficiente permite financiar servicios públicos esenciales, reducir desigualdades y fortalecer la cohesión social.
Sin embargo, en muchos países los sistemas fiscales son regresivos: la carga impositiva recae en mayor proporción sobre quienes menos tienen, mientras grandes empresas o fortunas logran evadir impuestos mediante mecanismos legales y estructuras offshore.
La evasión y elusión fiscal privan a los Estados de recursos vitales. Se estima que billones de dólares escapan cada año de los sistemas tributarios, afectando especialmente a los países en desarrollo.
Reformar los sistemas fiscales implica eliminar privilegios, cerrar vacíos legales, simplificar trámites y garantizar transparencia. También es clave mejorar la administración tributaria y fomentar una cultura de responsabilidad cívica.
La justicia fiscal es también justicia de género y justicia ambiental. Incluir impuestos verdes, gravar las grandes riquezas y exonerar a las economías populares son pasos hacia un modelo más equilibrado y democrático.









